Todas las obras comienzan con el suministro y la instalación de los equipos de seguridad necesarios para la protección de los usuarios de la comunidad, trabajadores de la empresa, zonas comunes de tránsito y la zona de la obra, así como el cubrimiento de todas las zonas de paso y ascensor para evitar desperfectos y deterioros a causa de la obra consistente en la rehabilitación de la terraza del último piso.
Se ha demolido la superficie actual de la terraza y el zócalo total de la misma.
A continuación, se marcaron y fabricaron las caídas de la terraza para facilitar un óptimo desagüe de agua de lluvia y limpieza, impidiendo así los estancamientos que se pudieran producir. Para seguidamente proceder a fabricar in situ la solera de la terraza, alisada con frotas y así evitar aristas que puedan dañar la capa de impermeabilización.
Preparada esta fase, se aplicaron dos manos de impermeabilizante de marca con prestigio en el mercado y reforzada la impermeabilización con malla de fibra de vidrio, con el fin de evitar grietas por dilataciones de los materiales aplicados y la propia solera.
Con el tiempo suficiente para la siguiente fase, se procede a la colocación de pavimento de gres antideslizante de color marrón elegido por la propiedad entre varios modelos, así como el zócalo, y finalmente su rejunte.
Por último y para terminar se aplicó una mano de imprimación que ejercerá la función de puente de unión entre la albardilla y la membrana aplicada posteriormente. Consiste en la aplicación de dos manos de membrana de poliuretano en la totalidad de la albardilla.
Se retiran los equipos de seguridad, la limpieza de la obra y los residuos a vertedero autorizado, y tras una limpieza podemos ver la terraza rehabilitada en su totalidad.